3° Libro - Capítulo 06 (Parte 1)

Publicado por: engel.must lunes, 20 de marzo de 2017

Kasadya Hellhound Born

Hola!! Les traigo el sexto capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Muchas gracias por sus comentarios!!!

Espero que lo disfruten y nos estamos leyendo.

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Capítulo 6 (Parte 1)

— ¡¿Por qué no me dijiste sobre esto?! — gritó Chax.

Si, en efecto, la bomba fue detonada.

— No pensé que sería algo importante — traté de defenderme a mí misma.

Pero incluso mientras las palabras dejaban mi boca, sabía que estaba mintiendo. Quería arreglar las cosas por mí misma y todo lo que conseguí fue arruinarlo todo.

— ¡¿Sabes lo peligrosa que ella puede ser?! — él echaba humo.

— ¡Chax, vamos! Se terminó, está hecho. Vamos a tratar de pensar de manera lógica acerca de todo esto — dijo Miguel.

Cuando volvimos a entrar a la casa, Chax estaba hablando con Miguel y Rafael. Pronto, Ariel y los otros también se unieron a la conversación.

— De acuerdo — replicó Chax, pero sus ojos decían que esta discusión se posponía.

Suspiré y me hundí en la silla.

Él es tan predecible.

— ¿Entonces, qué vamos a hacer? — preguntó Rafael, apoyado en el marco de la puerta de la sala.

Chax se dio vuelta y se sintió como si una roca hubiese sido levantada de mí. Él camino alrededor de la habitación, concentrado en todos nosotros, su rostro tenso, mientras pensaba sobre esto.

— Podría ser otra trampa — dijo él, frotando la barba de su mentón.

— Definitivamente es una trampa, pero ¿podemos usar esto para darnos algo de ventaja? — preguntó Miguel, sus ojos fijos en Chax.

— Puede ser. Ayer no encontramos nada, el tiempo está en nuestra contra — dijo Chax finalmente, dándose la vuelta para mirarnos.

— ¿Ella dijo que solo tenías que llamarla? — me preguntó.

Asentí, no queriendo entrar en otra pelea con él.

— Entonces nos encontraremos con ella en nuestras tierras — dijo Chax, indicándonos que nos preparáramos para una teletrasportación.

— Caim, quiero que tú y Zurita se queden atrás con Raven. Necesita ser entrenada rápida y eficientemente — instruyó Chax a Caim, quien asintió.

Yo estaba muy aliviada por eso. Ella realmente sabía cómo llegar a mis nervios. Salimos y nos paramos en la entrada, relajando nuestros cuerpos, preparándonos para la teletransportación. Chax se giró y le asintió a Miguel quien se teletransportó lejos.

Siguiendo su ejemplo, los otros arcángeles se teletransportaron.

Demonios, entonces ellos no nos ayudarían en esto.

Chax nos teletransportó a un campo abierto. No había casas ni nada alrededor, solo un inhóspito campo con unos cuantos arboles pequeños desparramados cerca.

— Quiero que el resto de ustedes forme un círculo alrededor de Kasadya y de mí. Si este demonio se acerca mucho, mátenla — instruyó Chax al grupo.

Ellos se esparcieron en un círculo, dejando a Chax y a mí en el medio. Una vez que Chax estuvo satisfecho con la seguridad del círculo, él me miró.

— Llámala — instruyó.

Tome una respiración profunda, esperando como el infierno que esto no saliera mal.

— ¡Luxuria! — grité tan fuerte como pude.

Ahora teníamos que esperar. Podías sentir cuando uno de ellos andaba cerca. Era como si el viento muriera, los pájaros dejaran de hacer sonidos, y el mundo tratara de esconderse de los príncipes demonios. Temiéndoles. Repentinamente, aquí estaba ella, mirando a cada uno de nosotros en el círculo.

— Hellhound, finalmente comenzaste a pensar. ¿Quién diría que tienes tal potencial? — ella me sonrió, sus ojos viajando a Chax y tomando un paso hacia atrás.

— Chax — ella respiró.

— Luxuria — respondió, sus cejas frunciéndose hacia ella.

Entonces, ellos se conocen. ¿Por qué eso me molesta tanto?

Irritada, comencé sin la ayuda de Chax,

— ¿Dijiste que tenías una oferta? — le pregunte a ella, rompiendo lo que ellos dos estaban… lo que sea que ellos estaban haciendo.

Ella me miró, pero sus ojos seguían viajando hacia él.

— ¿Ahora quieres mi ayuda? Cuando te la ofrecí tú no escuchaste. Ahora mi hermano está preparando su legión para marchar a la batalla. ¿Por qué tendría que ayudarte? — ella se estaba burlando de mí.

— Porque estoy preguntando ahora — declaré, ni siquiera me molesté en explicar nada.

Ella me miró y luego a Chax. Se dio la vuelta, sus ojos abarcando el círculo alrededor de ella.

— Debes estas segura que puedes matarlos — dijo ella, no mirándome a mí.

— Los mataré — declaré.

No hay ninguna posibilidad de que ellos obtengan lo mejor de mí de nuevo. Ella se dio vuelta y me miró.

— No puedes fallar en esto, hellhound. Si tú fracasas y ellos escapan, sabrán que fue mi culpa y pondrán en marcha un ataque contra mí — explicó.

Asentí, entendiendo que ella iba a traicionarlos, pero por qué, no lo sabía.

— Te llevare al lugar donde están ellos y así podrás matarlos — continuo, sus ojos volviendo a Chax.

— ¿Por qué estás haciendo esto? — preguntó Chax.

Ella lo estudió por un momento.

— Cuando Ira murió, su poder se dividió entre los demás príncipes. Lo quiero todo — declaró, una sonrisa malvada en su rostro.

— Sabes que trataré de matarte cuando haya terminado con ellos — repliqué.

Su cabeza se dio vuelta, sus ojos estrechándose mientras se enfocaba en mí. Ya podía escuchar a Chax reprendiéndome después de que esto termine.

— No esperaría nada menos de un Hellhound. Cuando el momento llegue, nos veremos en la batalla — convino.

Dios, no quiero que ella piense que seremos amigas o algo así.

— Pero primero, ¿Cómo los mantendrás en la tierra? Sabes que ellos se teletransportaran cuando se den cuenta que no pueden ganar. ¿Llámalo su plan de supervivencia? — Sus ojos viajaron a Chax.

— No lo sabemos aún. Pero encontraremos una manera — respondió él, sus ojos nunca dejando los de ella.

Con un análisis rápido, vi que él estaba sobre la punta de sus pies, listo para atacar en cualquier momento. Reenfoqué mi atención en ella, la cual consideró lo que había dicho y asintió.

— Entonces encuentren una solución y los guiaré hacia ustedes — concluyó y se teletransportó.

Él miró alrededor como si ella fuera a teletransportarse de vuelta en cualquier minuto. Cuando nada pasó, se relajó, recuperando su equilibrio. Yo solo sacudí mi cabeza. Los demonios aman los elementos sorpresa. No es como si ella te fuese a mirar y luego a tratar de atacarte.